Cuando comes, la comida llega al estómago en estado sólido. La masticas, pero obviamente no la conviertes en líquido. Tu cuerpo no puede procesar la comida en estado sólido; debe descomponerse en líquido.
Cuando comes, tu cuerpo trabaja para ti produciendo enzimas, ácido y otros jugos gástricos que te ayudan a descomponer los alimentos, de modo que, al llegar al intestino delgado, se hayan licuado y el cuerpo pueda absorberlos. Así es como le aportas vitaminas y minerales.
De dónde provienen los problemas
Hay varias cosas que suceden en el cuerpo que pueden causar problemas con la digestión.
Los problemas digestivos son hereditarios; podrías nacer con una mala constitución digestiva, lo que significa que desde una edad temprana no estás produciendo todas las enzimas que tu cuerpo necesita para digerir los alimentos correctamente. Esto puede notarse en cualquier momento entre la infancia y la edad adulta.
Con cada década de vida, la producción de enzimas disminuye un 13%, por lo que ya no se producen todas esas enzimas esenciales para descomponer los alimentos. De repente, empiezas a tener problemas con alimentos que nunca antes habías probado. Esto suele empezar entre los 30 y los 40, pero podría empezar incluso a los 20, dependiendo de lo mala que fuera tu alimentación durante la infancia.
La lactosa suele ser la primera enzima en desaparecer, por lo que las personas empiezan a tener problemas con los lácteos. Si tienes problemas con los lácteos, significa que tienes problemas enzimáticos.
Finalmente, si ha sufrido algún cambio anatómico en su sistema digestivo, esto puede afectar su digestión. Esto podría incluir, entre otros, el diagnóstico de una hernia de hiato, la extirpación de la vesícula biliar o una cirugía de estómago para bajar de peso. Cualquiera de estas situaciones altera el proceso digestivo lo suficiente como para causar problemas graves con la digestión y la asimilación de vitaminas y minerales.
La cosa más sencilla que puedes hacer
Lo más sencillo que puedes hacer para contrarrestar estos problemas es tomar una enzima digestiva con cada comida.
Uso de Everyday Enzymes® para dejar de tomar medicamentos
Una de las formas en que nuestros pacientes y clientes utilizan Everyday Enzymes® es para ayudar a dejar de tomar medicamentos recetados y de venta libre para el reflujo ácido, como omeprazol y pantoprazol.
Estos medicamentos están pensados para tomarse a corto plazo, pero muchas personas los toman durante años porque alivian los síntomas. El problema es que son solo un parche, con muchos efectos secundarios a largo plazo.
Estos medicamentos son bloqueadores de ácido, así que no solo dejas de producir enzimas, sino que tampoco produces ácido. Imagina cuánta digestión se produce en tu estómago: no mucha. Tomar estos medicamentos a largo plazo dificulta la digestión adecuada de los alimentos, lo que dificulta que disfrutes de lo que comes.
Los efectos secundarios a largo plazo de estos medicamentos incluyen pérdida ósea, espasmos musculares y problemas cardíacos y cerebrales. Esto se debe a que te estás desnutriendo poco a poco.
Tu cuerpo es muy inteligente, si no obtiene vitaminas y minerales de tus alimentos, los va a robar de sí mismo, y el primer lugar al que va es al hueso y al músculo porque es ahí donde tenemos la mayor cantidad de vitaminas y minerales almacenados.
El objetivo es utilizar Everyday Enzymes® para ayudarle a digerir mejor y así poder dejar de tomar medicamentos IBP con el tiempo.
Nota sobre el esófago de Barrett
Si le han diagnosticado esófago de Barrett, es muy importante que no deje de tomar nuestro IBP. El tratamiento estándar es tomarlo de por vida, ya que debe evitar a toda costa el reflujo de ácido al esófago.
Sin embargo, esto significa que tomar Everyday Enzymes® es imprescindible. Aunque tenga que seguir tomando el antiácido, puede tomar Everyday Enzymes® para ayudar a su estómago a digerir los alimentos, lo que a su vez ralentizará los efectos secundarios negativos del medicamento.